Open/Close Menu Santa Cruz Estudio Jurídico. Equipo de abogados en Valencia. Durante más de 30 años hemos compartido una filosofía basada en el trabajo constante y la especialización,

Por María José Santa Cruz, abogada en Santa Cruz Estudio Jurídico.

Como mujer siempre he tenido una postura beligerante y feminista, pero muy matizada y ponderada con mi condición de abogada, nunca manifestar que eres feminista en un mundo de hombres. Las mujeres de mi generación llevamos trabajando más de 30 años, en una sociedad machista, desigual, injusta, soportado cosas intolerables, en la creencia de que lo primero era “estar” y demostrar nuestra valía en el trabajo,y desde ahí cambiar las cosas. La realidad demuestra que esta postura tibia, no ha cambiado las cosas, la desigualdad es una realidad, el trabajo sigue siendo menos remunerado por el hecho de ser mujer, la conciliación imposible, leyes que siguen siendo patriarcales y lo más grave, el incremento de la violencia del hombre sobre la mujer sin precedentes en todo el mundo. Esta dura y triste realidad es aún más inexplicable cuando la libertad y la democracia se extiende en gran parte del mundo, pero persiste el problema de la desigualdad de las mujeres y la violencia contra ellas por el hecho de serlo. Tan es así, que da igual que hablemos de países religiosos, pobres, ricos, desarrollados, laicos, seguimos no admitiendo esta realidad.

“La desigualdad es una realidad, el trabajo sigue siendo menos remunerado por el hecho de ser mujer, la conciliación imposible y, lo más grave, el incremento de la violencia del hombre sobre la mujer sin precedentes en todo el mundo”

Con este panorama el caldo de cultivo estaba hecho, las mujeres hemos tomado conciencia de lo injusto de esta situación, como colectivo social, hemos dicho bastaa  esta desigualdad legitimada culturalmente, y exigimos un cambio social. El detonante de este cambio son varios factores, los movimientos feministas, desde luego, el gran apoyo mediático, el “me too”, el día 8 de marzo, la reivindicación de sectores de trabajadores que por fin tienen voz para acreditar cosas terribles permitidas por sindicatos, jueces, estado, como que las limpiadoras de hoteles no se les reconoce enfermedades profesionales propias de su trabajo que por fin tienen visibilidad pública y en lugar destacado nuestro país el tema de la “La Manada”.

Quiero dar mi opinión como mujer y jurista a la sentencia de La Manada. Es una cruda muestra cómo se legisla en esta materia de violencia de los hombres sobre las mujeres. Se pone el foco en las características de la agresión: consentimiento, consumación, penetración, incluso disfrute, lesiones, olvidando que es un atentado contra la dignidad de la mujer.

Al hilo de esta cuestión quiero destacar a una abogada, joven, con un prestigio indudable, que he tenido la suerte de conocer a raíz de ser miembro del jurado para el premio de estudios jurídicos que cada año concede la Real Academia Valenciana de Jurisprudencia y Legislación. En el reparto de trabajos presentados entre los académicos, tuve la suerte de que se me asignara el de la Abogada MARIA JOSE JORDAN DIAZ RONCERO, titulado “La Calificación de los delitos de violencia de género como crímenes de lesa humanidad”. Su currículo con 40 años es asombroso, doctora en Derecho, profesora de universidad, abogada en ejercicio socia de un despacho especializado en violencia de género, camino de obtener su segundo doctorado, colabora de forma voluntaria en los Centro de mujer, autora de artículos y ponencias Su trabajo no sólo es un relato de la situación de la violencia de genero desde una perspectiva internacional, y el marco del derecho internacional, sino que propone, tras el análisis de la situación, que la violencia de genero sea considerado crimen de lesa humanidad.

“La abogada María José Jordán abre un nueva puerta al poner el acento en determinar si las conductas de violencia de género pueden ser calificadas como delitos de lesa humanidad”

Califica esta conclusión acertada como un desiderátum, pero la realidad que refleja el trabajo, es, en sus propias palabras “determinar si las conductas de violencia de género pueden ser calificadas como delitos de lesa humanidad, con independencia de que en el Estado en que se cometan se esté desarrollando un conflicto armado y determinar sus consecuencias legales, con el objetivo de mejorar los sistemas de protección en la, lucha contra la violencia de género, procediendo a la implantación de una verdadera justicia universal que proteja a las víctimas de la violencia machista, que atienda y resuelva la vulneración de los derechos fundamentales de las mujeres como son su integridad física y psíquica, el derecho a la vida y la libertad individual.”

En el planteamiento de esta propuesta, manifiesta la autora que puede suscitar dudas, ya que un Estado de derecho que a priori respeta los derechos humanos no se pueden cometer delitos contra la humanidad en la medida de que esto está castigados por sus respectivas legislaciones.

Expone el trabajo la realidad de la violencia de género a través de datos estadísticos analizados de que existe un ataque sistemático contra los derechos humanos de las mujeres por el hecho de serlo: según informe de la OMS, del año 2015, el 35% de la población femenina mundial ha sufrido violencia física o sexual de pareja o de terceros, una de cada tres mujeres, siendo la primera causa de muerte entre las mujeres la violencia de género. Ante esto, se adentra en el análisis, de las medidas legislativas adoptadas, tanto a nivel internacional, como a nivel Comisión Europea del año 2015, probando que, están muy lejos de conseguirun marco de protección colectivo contra la violencia de género, en definitiva, la igualdad entre hombres y mujeres.

Concluye el trabajo tras un exhaustivo relato con una serie de conclusiones, partiendo y estoy de acuerdo que con los datos que refleja la violencia de género reúne todos los requisitos como crimen de lesa humanidad.

No hubo duda alguna en ningún miembro del Jurado, ganó por unanimidad el Premio de la RAVJL. Es un desiderátum, cierto, de difícil consecución, pero necesario, es momento de tomar grandes decisiones frente a una realidad como relata la autora “existe un ataque sistemático contra los derechos humanos de las mujeres por el hecho de ser mujer, hasta tal punto que la violencia de género es la primera causa de muerte en las mujeres en el mundo”.

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